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POEMAS INÉDITOS


POR ÚLTIMA VEZ


                                        De estas calles
                                        que ahondan el poniente,
                                        una habrá (no sé cuál)
                                        que he recorrido ya
                                        por última vez,
                                        indiferente y sin adivinarlo.

                                          JORGE LUIS BORGES
                                                    “Límites”


El bostezo de la mañana de hoy
podría ser el último,
quizá sea la última vez
que me ponga la ropa mojada de lluvia,

la última vez que lea a Unamuno,
a Walt Whitman, a Cervantes…,
que relea a los clásicos,
que pase por tu calle,

que me transporte a otras ciudades,
que luzcan mis sienes sus nieves invernales;
puede que ya no escuche tu risa,
no estudie tus gestos,
no rime la luna con otro de tus besos.

Puede que sea mi última foto,
mi último taxi, mi último parpadeo;
he acabado incomprendiendo
todo lo comprendido en años de titubeos.

Puede que te vea una vez
y ya no te vuelva a ver,
puede que deposites tu voto
en la urna de la endeblez.

Puede que todo tenga hoy una última vez,
pues pendemos del hilo de un dios
que un día, sin pedir permiso,
nos llama a filas, nos recluta en su ejército,
no hacen falta faxes ni correos;
y nosotros, sin derecho a réplica,
acatamos nuestro féretro,
y vacíos de incertidumbre
marchamos con lo puesto.

Me despido por si acaso,
como cuando atranqué tu puerta
y te dije te quiero,
como si ésa hubiese sido la última noche
que te viera con vida,
y éstos, mis últimos versos.


ENVIDIA


Es un acto sensitivo,
un zarpazo sideral,
una soga que te asfixia,
una daga o un puñal.

El grado máximo de celos,
la cumbre donde se va a parar
cuando se desatan los males
y Pandora te quiere besar.

Es un cúmulo de irritaciones,
una constante insaciabilidad,
cuando añoras el bien ajeno
que no alcanzarás jamás.

Detestas las vidas felices,
los ambientes de jovialidad,
porque tu interior está enfermo
y te duele el bien del mortal.

Culpas a la primavera,
a las luces de la estación,
al tren que volvió a su rutina
dejando vacío el corazón.

Deseas la piel del otro,
sus lujos, su amor imperecedero,
por eso criticas su vida
y dejas sangrando el tintero.

Es el actor principal 
de los pecados capitales,
pues es la envidia irracional
la que hace al hombre vulnerable.

                                Fernando Mañogil Martínez (POEMA INÉDITO)



LA DUDA

Por un intrincado sendero de alimañas
quise buscar las costuras de tu latir,
pero mi corazón con canas
se deshojaba en pleno mes de abril.

Atado por los hilos de la inopia,
masacrado por un oscuro porvenir,
reencarnado en mil temeridades
que convertían mi vida en un polvorín.

Sacudido por las tempestades
emigradas de mi vanidad,
que han anegado mi alma
de ansias de libertad.

Pretendía ser una nota sin pentagrama,
un soldado sin ejército, ni patrón,
un pájaro volando libre
en un firmamento de luz y sol.

Tropecé en la piedra de la duda,
rebajé los precios de mi caché,
divulgando a los cuatro vientos
que era endeble, insensato y soez.

                                              Fernando Mañogil Martínez (POEMA INÉDITO)