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sábado, 19 de septiembre de 2015

LOS HIJOS DEL CID

Esta libertad que tengo
en realidad no es sincera
pues vivimos cada día
rodeados de fronteras,
de trenes desangelados,
de vagones de tristeza...

Las caravanas de hambre,
los días sin estrellas,
los niños moribundos
hundidos en la miseria.

¿Dónde iréis a parar?
la tierra os detesta,
os expulsan a patadas
del jardín de la soberbia.

No tenéis corcel ni lanza,
ni un buen rey que os atienda,
no hay persona en este mundo
que os dé asilo y audiencia.

Un destierro como éste
lo sufrió también el Cid
que reunió a sus mesnadas
y luchó cual adalid.

Recorred noches y días,
que repique ese tambor,
blandid estandartes y escudos
como hizo El Campeador.

Sois los Cides de este siglo,
luchad por sobrevivir,
que un buen día el sol que brilla
será el cetro que perseguís.

Fernando Mañogil Martínez (POEMA INÉDITO)

viernes, 22 de mayo de 2015

"VIENTO EN CONTRA" AHORA A LA VENTA EN TODA ESPAÑA

La Editorial Devenir ha tenido a bien apostar por mi obra y darle gran difusión. 1000 ejemplares han sido puestos a la venta por muchas de las librerías españolas. Muy contento por ello.



sábado, 18 de abril de 2015

SUFRIMIENTOS

Carcelarios en silencio vencidos por la ignorancia
caen lastrados al pasado por disparos sin motivo,
fuego y sangre, sudor y asfalto,
carcajadas de tristeza en la calle del llanto.

Almas presas de deseos que discurren por violáceos
rascacielos de odio y ruina que forjaron los más fieros,
zarpas que antes eran manos, lobos que devoran cuellos,
puñaladas de incultura que blasfeman por el cielo.

Sin palabras y sin credos, pregonando macabras danzas,
invocando a las parcas para que corten la vida,
para que mastiquemos el polvo amasado de desdichas
y nos sometamos a los callejones que nos brindan.

Pregonamos fúnebres palabras que destrozan el silencio,
que desgarran la carne y matan al hada del cuento,
perdemos la vida en partidas sin arte,
en naves de consumo y bocanadas sin aire.

Se despuebla el cuerpo, descomprimimos el odio,
se busca a toda costa el orden sin voz ni voto,
se enrarece todo el orbe, nos compadecemos
de las ráfagas de luz que serpentean entre las nubes.

No queda nada en los bolsillos, no hay nada que perder,
no hay recuerdos infantiles en las arrugas de la frente,
sólo cabe apretar los dientes, agarrar fuerte el timón,
levar anclas y que el océano sea benévolo con los justos.

Poema inédito. Fernando Mañogil Martínez