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sábado, 8 de abril de 2017

PALABRAS PARA LYDIA

El día que naciste todas las estrellas
se posaron en tu tierna osamenta,
fuiste un soplo de aire nuevo,
extraño, grácil y pequeño.

No se puede albergar tanto amor en un ser,
me hago grande, engordo, para que quepa en mí
todo lo que por ti siento, porque, a veces,
las palabras son mediocres.

Tu sonrisa, tu gracia, son mis pilas alcalinas,
mi mapa para salir del laberinto de la soledad del ser;
y no me iré sin darte un beso,
sin ver tus ojos de luz iluminando la noche.

Ahora cuando salgo por la puerta
siempre giro la cabeza, y allí te veo,
y los días oscuros se pintan de amarillo
y mi vida ya no es mía, y se para el tiempo.

Ahora por ti lloro sin quererlo, cruzo el Ganges,
salto al ruedo, caigo solo en el silencio
mirándote, salvándote del viento.
Tú, que todo lo eclipsas,
que has hecho de mi corazón tu eterno sonajero.


Fernando Mañogil Martínez (Poema inédito)

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