El vértice dogmático,
la curva que inspira páramos de inconsciencia,
los ábacos del hambre,
la cuna de la providencia,
los reclutas del silencio,
la sombra del libro abierto
entretejido de recuerdos...
El cenicero de desdichas,
los labios del buldero,
los remiendos de una herida
que supura sangre y fuego.
Son mis últimas pertenencias,
las que gobiernan mis últimos pliegos,
las presentes en mis lunes
y las perlas sin destellos.
Éstas son mis posesiones,
los ombligos de mi ego,
las razones de mi ánimo,
los ángulos obtusos
de mis manos y mis dedos.
Las cosas que me olvido
cuando bajo a los infiernos.
Fernando Mañogil Martínez (POEMA INÉDITO)
una bella sensibilidad ,felicitaciones ,yo tambien escribo ya hace 20 años ,pero la verdad con distintos estilos es lo que mas se acerca a mis inquietudes ,y busquedas de lo nuevo de no quedarse encasillado en una sola manera de expresar
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