De estas calles
que
ahondan el poniente,
una
habrá (no sé cuál)
que
he recorrido ya
por
última vez,
indiferente
y sin adivinarlo.
JORGE
LUIS BORGES
“Límites”
El
bostezo de la mañana de hoy
podría
ser el último,
quizá
sea la última vez
que
me ponga la ropa mojada de lluvia,
la
última vez que lea a Unamuno,
a Walt Whitman, a Gelman…,
que
relea a los clásicos,
que
pase por tu calle,
que
me transporte a otras ciudades,
que
luzcan mis sienes sus nieves invernales;
puede
que ya no escuche tu risa,
no
estudie tus gestos,
no
rime la luna con otro de tus besos.
Puede
que sea mi última foto,
mi
último taxi, mi último parpadeo;
he
acabado incomprendiendo
todo
lo comprendido en años de titubeos.
Puede
que te vea una vez
y
ya no te vuelva a ver,
puede
que deposites tu voto
en
la urna de la endeblez.
Puede
que todo tenga hoy una última vez,
pues
pendemos del hilo de un dios
que
un día, sin pedir permiso,
nos
llama a filas, nos recluta en su ejército,
no
hacen falta faxes ni correos;
y
nosotros, sin derecho a réplica,
acatamos
nuestro féretro,
y
vacíos de incertidumbre
marchamos
con lo puesto.
Me
despido por si acaso,
como
cuando atranqué tu puerta
y
te dije te quiero,
como
si ésa hubiese sido la última noche
que
te viera con vida,
y
éstos, mis últimos versos.
Fernando Mañogil Martínez (Viento en contra)
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