con un impasse insoportable;
te espiaba en sueños,
distraía a mi mente con novelas de Brönte...
El mar era un bálsamo para mi piel
huérfana de ti...
La luna perdió el protagonismo
de mi escritura...
Tú seguías inmóvil en el escaparate
de mis sueños -por momentos rotos-.
Julio despertaba en el calendario
mientras me frotaba los ojos
al espiarte por las rendijas del alma.
El fulgor de tus ojos, tu pelo enredado en azahar,
tu olor a hierbabuena y a albahaca fresca
manipulando los subterfugios del aire...
Así, con tu belleza metida en mi osamenta
llegó agosto, entre lenguas entrelazadas
y laboriosos ademanes obscenos,
porque al fin vivía colgado de tu pelo,
coronado de espumas lujuriosas
prestadas por el mar,
saciadas ya mis ansias de la salitre
de tu boca estival.
Fernando Mañogil Martínez (POEMA INÉDITO)
Fernando Mañogil Martínez (POEMA INÉDITO)
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