Paradójica
es tu noble envergadura,
paradójicos
tus pasos vulnerables,
merodeo
con mis versos por tu puerta
y
no encuentro el secreto que te abate.
Acudí
a detectives sin licencia,
a
chamanes de vidas licenciosas
que
no dieron con aquello que escondías
recelosamente
en las torres de tu gloria.
Hago
versos que son cajas de sorpresas
para
ahondar, sin que te cerciores,
en
tus íntimos silencios delatores,
pero
forjas millones de fronteras
y
se me hace imposible dar contigo
y
es más diáfano el espacio si te veo.
Necesito
bocanadas de aire nuevo
que
me llenen de tu esencia en cualquier parte,
o
si no soy Nadie en esta historia
cual
Ulises en manos de Polifemo.
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